Wednesday, February 22, 2017

Patatas bravas, tan típicamente madrileñas y picantes

  
  
Patatas bravas con su salsa picante aparte.
 
   Cubiertas de una salsa roja y picante, las patatas bravas son el aperitivo por excelencia en los bares madrileños.  Paso la formula de generación en generación y cada casa disputa su receta como la más auténtica y sabrosa.
 
Aquí va la mía, apelando sobre todo a la calidad de la patata, cortadas en dados de un par de centímetros de lado para  freírlas hasta dorarlas, sin tostarlas.

    
 Ingredientes:
 
4 patatas grandes, aceite de olive y sal
 
500 g de tomate triturado
 
1 cucharada de azúcar
 
2 dientes de ajo
 
1/2 cebolla
 
 1 cucharada de pimentón dulce
 
 2 cucharadas de tabasco, unas gotas de vinagre de Jerez, aceite de olive y pimienta negra molida.
   
   
 
Elaboración:    
 
1.- En una cacerola al fuego con un chorro de aceite de oliva, pochamos (a fuego suave) el ajo y la cebolla picada.
 
2.- Cuando esté transparente la cebolla, rehogamos con el pimentón.
 
3.- Apartamos la sartén del fuego y removemos el pimentón para que no se queme y de mal sabor.
   
4.- Después, añadimos el tomate con el azúcar para quitarle la acidez y dejamos cocer a fuego lento durante 20 minutos y salpimentamos.
   
5.- Por último añadir el tabasco y el vinagre.
 
6.- Dejamos cocer 5 minutos más, trituramos y colamos.
 
7.- A continuación, pelamos las patatas y sacamos cuadrados de 5 cm aprox. Lavamos las patatas y las secamos bien para que no salte el aceite cuando las echemos a freír.
(Atención: las patatas para que queden bien han de  estar crujientes por fuera sin estar quemadas, y blanditas por dentro. Para ello, ponemo el fuego medio al principio y, cuando estén como cocidas, subir el fuego para que se doren.)
   
8.- Ponemos una sartén con abundante aceite de oliva, pochamos las patatas y cuando estén blandas sacar y dejar calentar el aceite. Freímos las patatas hasta que queden crujientes y sazonamos.
   
 9.- Servimos acompañadas con la salsa brava. En una bandeja rectangular o un plato trinchero ponemos las patatas en un lado, separadas de la salsa, y la salsa en el otro para que cada uno las consuma a su gusto.
   

Sunday, February 12, 2017

Solomillo de cerdo al roquefort (un plato que quita el hipo)

 
Un solomillo de cerdo al Roquefort que  quita el hipo
 Soy un gran devorador de queso. La estampa de pinches, marmitones y ratones guisadores de la película Ratatouille (una de mis favoritas) me acompaña a menudo. De hecho, uno de los delantales que uso en la cocina de casa lleva escrita una frase del filme:
 - ¿A dónde vas?
 
-Con suerte, hacia adelante.
 
Sigamos siempre la consigna "hacia adelante" y ataquemos hoy una receta a base de digno cerdo y queso roquefort, homenaje a la cofradía de la buena mesa ratonil.
 
El queso roquefort lo podemos sustituir por el stilton inglés, que adoro extendido sobre rebanadas de pan tostado. Es un queso también azul elaborado con leche de vaca. Presenta la corteza enmohecida, pero amigos, ¡qué delicia este queso artesanal ingles!
 
Ahora bien, si alguna vez probáis un queso de Cabrales vais a saber lo que es un queso azul excepcional. Nada que envidiar al Gongonzola, Stilton o Roquefort.
 
Ingredientes para 4  personas:
 
 4 solomillos o chuletas de cerdo
 50 gramos de queso roquefort o queso azul
 250 ml. de nata
 Un chorrito de whisky (o brandy)
 Sal y  pimienta
1 ramita de tomillo
 Un trocito de mantequilla
 1 diente de ajo picado
 1 chalota, conocida también con escalonia, (si no la encontramos en el super, podemos usar la parte blanca de un puerro)
Vinagre
 
 Elaboración:
              
1. En una sartén con aceite de oliva a fuego medio-fuerte (6 ó 7) echamos un trocito de mantequilla e introducimos los solomillos cortados en medallones. Movemos la sartén y añadimos una ramita de tomillo fresco y 1 diente de ajo picado. Seguimos moviendo.
              
2. Damos la vuelta a los medallones de solomillo y, con una cuchara, los rociamos un poco con la salsa de la sartén. Agregamos la chalota bien picada.
              
3. Echamos un chorrito de whisky y un hilo de vinagre y dejamos que evapore bien.
              
4. Añadimos 1/2 vasito de caldo de jamón o de carne y rociamos la carne.
              
5. Retiramos los medallones de solomillo dorados y los reservamos en un plato.
              
6. Dejamos reducir el jugo de la sartén.
              
7. Mientras, en un cazo, echamos la nata líquida (que sea suave, no fuerte) y agregamos el roquefort o queso azul en dados y un poco de pimienta negra molida. Batimos bien para que se mezcle a fondo y dejamos que reduzca hasta conseguir una salsa con textura algo espesa.
              
8. Vertemos con una cuchara salsa de roquefort en un plato y la extendemos. Colocamos a continuación los medallones y añadimos por encima de la carne una cucharada del jugo que ha estado reduciendo en la sartén.
              
9. Podemos elegir entre varios acompañamientos: patatas fritas, arroz o pasta fresca. ¡Y a disfrutar!
              

Friday, February 3, 2017

Tallarines con salmón ahumado.. y un buen albariño

 
Unos tallarines con salmon ahumado que están de muerte.
 
 
 
He preparado estos tallarines con salmón ahumado hace unos días, porque esta pasta salió en mi socorro unas horas antes de que una pareja muy amiga (y de fina nariz para los vinos) me comunicara que habia traído de España un par de botellas de un vino albarino excelso: Mar de Frades. La invitación no se hizo esperar. claro.

Como contaba en casa con buen salmón ahumado canadiense, se me ocurrió dar asalto a esta receta que resulta muy fácil y rápida de elaborar y encanta a los amantes de la pasta y el salmón ahumado por igual. Regamos el plato con este albariño joven de perfume lento y yodado que nos puso a todos de un humor inmejorable.



Ingredientes para dos personas:


1 diente de ajo

1/2 Iitro de leche

100 g. de salmón ahumado, de buena calidad, en lonchas

1 poquito de eneldo 100g. de requesón (cottage cheese)

Sal y pimienta

180 g. (6,35 onzas) de tallarines
 


Elaboración:


1. Cortamos a trocitos el diente de ajo y lo echamos en la leche. Hacemos hervir a fuego muy lento hasta reducirla a la mitad.


2. Colamos el líquido y desechamos el ajo.


3. Cortamos en tiritas el salmón ahumado.


4. Picamos el eneldo.


5. Trabajamos el requesón con un tenedor hasta que este cremoso. Lo salpimentamos.


6. Incorporamos  en eneldo al queso y todo a la leche.

7. Cocemos la pasta al dente en agua hirviendo con sal. Escurrimos los tallarines y los pasamos brevemente por una sartén puesta al fuego, junto con la leche perfumada a lajo y el salmón cortado en tiras finas.

8.- Apartamos del fuego la sartén, agregamos el requesón y distribuimos los tallarines en el plato (los podemos dar forma de nido). Decoramos con lonchas de salmon ahumados y una ramita de eneldo (opcional).

9.- Acompañamos con un albariño joven bien frío, de aroma floral y yodado.