Saturday, January 16, 2016

Fabada tradicional simple, con sus alubias gordas y mantecosas

 
 
Fabada con sus alubias gordas  y mantecosas, que son su alma.
 
 
La fabada asturiana me gusta, lo confieso, hasta enlatada. Algo que para un asturiano es, con toda la razón, una costumbre nefasta. La fama de la fabada es justa, servida en una cazuela con esas alubias blancas, gordas y mantecosas que son su alma. Claro, que hay fabadas de lujo y hay fabadas simples, de a diario, como esta que hoy subo al blog, tradicional, sencilla, pero reconfortante en estos meses invernales.
 
Es increíble cómo los asturianos han conseguido hacer de una materia prima, en principio tan humilde como las fabes, un plato cumbre de la cocina española y de una gran categoría gastronómica.
 
Es cierto que no es tarea fácil encontrar las viandas originales en Estados Unidos o Latinoamérica, pero, como la imaginación es fértil, siempre hay recursos para adquirir productos que sustituyan decentemente a los originales de la tierra asturiana y confeccionar una apetitosa fabada.
 
 
Ingredientes para 6 personas:
 
1 kilo (2 libras) de alubias (o habas) blancas gordas (fabes, mejor), 1 costilla de cerdo, 2 piezas de chorizo pequeño, 1 morcilla tipo asturiana (seca, oscura, de las que se elaboran con carne de cerdo, sangre cebolla), 1/2 kilo de tocino entreverado (que sea bueno, que tenga carne, o sea, más rojo que blanco), 1 cebolla.

 
Elaboración:
 
 
1. La noche anterior lavamos las alubias y las ponemos en remojo con abundante agua en un cuenco. Al día siguiente las echamos, con ese mismo agua, en una olla. (Yo acostumbro también a poner en remojo la noche anterior la morcilla y los chorizos para restarles sal).
 
2. Añadimos una buena costilla de cerdo, 1/2 kilo de tocino entreverado (o panceta), una morcilla cortada en dos trozos (o dos piezas de morcilla pequeña) y un par de chorizos no muy grandes, más una cebolla entera pelada.
 
3. Cubrimos de agua (dos dedos por encima), salamos un poco (ojo que las viandas sueltan sal) y vertemos un chorrito de aceite de oliva virgen. Ponemos la olla a fuego fuerte y tapamos hasta que empiece a hervir.
 
4. Cuando hierva, bajamos el fuego y con un cucharón o colador retiramos las impurezas o espuma y la grasa que se forma en la superficie del caldo.
 
5. Tapamos de nuevo y dejamos cocer a fuego suave, con la cacerola medio tapada. Se trata de evitar que las alubias se resquebrajen. No se deben remover nunca con un cucharón. Lo que se hace es agitar un poco la cacerola para que no se agarren al fondo.
 
6. Tardará en cocerse algo más de 2 horas, dependiendo de la calidad de la alubia. Las probamos hasta comprobar que están blandas. El único cuidado que hay que tener es cada 45 minutos echar un chorro de agua fría para romper el hervor.
 
7. Una vez en su punto las alubias, blandas y suaves, retiramos la costilla de cerdo, las carnes a un plato.
 
8. La cebolla la pasamos a un cuento con unas pocas alubias y unas cucharadas de caldo. Metemos la triturada y reducimos a una pasta la mezcla.
 
9. Lo añadimos a la olla, removemos con cuidado para que se mezcle bien y espese el caldo y dejamos un minuto más hirviendo.
 
10. Servimos en plato sopero: primero un cazo de alubias, luego caldo y finalmente colocamos trozos de chorizo, morcilla y tocino al gusto.

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