Monday, March 27, 2017

Bizcocho casero de yogur y arándanos (cranberry)

Jugoso y saludable bizcocho casero de yogur y arándanos

 En cuestiones de dulcería, basta probar una vez en la vida un bizcocho casero auténtico para no volver a soportar tanta bollería industrial que nos rodea, cargada además casi siempre de nefastas grasas "trans" (también conocidas como grasas hidrogenadas).
Heredé de mi abuela la afición a hacer sencillos y saludables bizcochos, con su punto esponjoso, perfectos para el café del desayuno o en la merienda. Menuda diferencia con cualquier otro que industrial que puedas adquirir en el supermercado.
Vale que no renunciemos a picar de vez en cuando en la repostería industrial, pese a las grasas saturadas que suelen acompañarla, pero no abusemos del consumo de productos precocinados como pizzas, bollería industrial, comida rápida y muchas galletas, y hasta donuts.
Todos esta bollería industrial "trans", consumida en exceso, puede provocar efectos negativos a largo plazo como el aumento del colesterol, riesgo de diabetes 2 y de sufrir enfermedades cardiovasculares.
La solución es bien sencilla. Preparemos en casa nuestros propios bizcochos, magistrales en su escueta sencillez, algo a mano hasta para el más torpe en cuestiones de cocina.
                  
Ingredientes:
                  
1 envase de yogur natural (4 onzas o 113 gramos)
 3 huevos
Azúcar (como dos envases de yogur)
 Narina (como 3 envases de yogur)
 Arándanos deshidratados ("cranberry")
 3 cucharadas de aceite de oliva
 Una cucharada de polvo para hornear (conocido también como levadura de repostería, impulsor o gasificante).
                  
Elaboración:
                  
1. En un bol cascamos tres huevos y batimos con una cuchara de madera.
                  
2. Agregamos 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, el yogur natural y el azúcar. Movemos bien a fondo todos los ingredientes hasta que estén muy mezclados.
                  
3. A parte, añadimos un sobrecito de levadura de repostería (polvo para hornear) a la harina que tenemos en un plato sopero. Mezclamos bien.
                  
4. A continuación echamos, poco a poco, la harina en el bol o cuenco donde tenemos los huevos batidos con el yogur y el azúcar.
 
Vamos mezclando con paciencia. Como van a aparecer grumos, metemos la batidora en el bol con cuidado hasta conseguir una masa firme, cremosa, uniforme.
 
5. Dejamos reposar la masa una media hora.
 
 6. En un cuenco pequeño echamos los arándanos ("cranberry") deshidratados y un poco de harina; así lograremos que luego los arándanos no se vayan al fondo de la masa. (Podemos también agregar unas pasas sin semillas y tiernas).
                  
7. Sacamos el molde, untamos el fondo y las paredes con algo de mantequilla, espolvoreamos algo harina por el interior. Retiramos la harina sobrante.
                  
8. A continuación, vertemos la masa en el molde y la distribuimos bien.
                  
9. Ponemos el horno precalentado a 180 grados centígrados (355 grados Fahrenheit) y dejamos el bizcocho dentro unos 45 minutos.
                  
10. Transcurrido este tiempo, sacamos el molde y extraemos el bizcocho y cortamos rebanadas. Debe quedar esponjoso y con los cranberry por todo el interior.
                  
                  
                  

Sunday, March 12, 2017

Solomillo de cerdo con mostaza y miel (Solo para "cerdólatras")

Un solomillo de cerdo ilustrado con mostaza  y miel.
 
Este es un plato que aviva el paladar de los "cerdólatras". Aburre el trillado y socorrido filete de cerdo a la plancha con patatas que uno cocina en casa. Sí, ese que se suele dejar en el plato con el desdén de quien se siente llamado a empresas más apetitosas.
 
Bueno, pues la clave para salir de esa "comida gris" consiste en ponerle un poco de imaginación e inventiva a lo que cocinamos. Afición y cariño tampoco pueden faltar.
 
Quienes pertenecemos a la hermandad de los "cerdólatras" sabemos bien que el cerdo agradece el rito lugareño de hornos y cazuelas, de sartenes y ollas.
 
Ya sean las cubanas masitas de puerco, las chuletas a la parrilla o el lechón o cochinillo asado al horno, siempre le consideraremos el primer benefactor de la humanidad. Si al bienhechor se le mide por lo que da, el cerdo lo da todo: de la pata a la oreja.
 
 
La receta de hoy propone un aliciente mayor que el habitual para cocinar un sabroso solomillo ("tender loin") de cerdo. Perfecto para ir "calentado motores gástricos" con vistas a la fiestas navideñas.
 
 
Ingredientes para cuatro personas:
 
1,5 libras de cerdo fileteado
 
4 cucharadas de miel, 4 cucharadas soperas de mostaza de Dijon
 
Unos granos de pimienta negra y una pizca de azúcar
 
1/2 cebolla cortada en juliana
 
1/2 vaso de agua, sal, aceite.
 
 
Elaboración:
 
1. Cortamos la cebolla en tiras largas y finas (juliana) y las ponemos en un cazo pequeño a fuego lento junto con el azúcar y el agua (el agua debe cubrir por completo la cebolla). Removemos hasta que la cebolla esté blanda. Reservamos.
 
2. En otro cazo añadimos la miel, la mostaza y los granos de pimienta. Calentamos a fuego suave sin que llegue a hervir y removemos hasta que queden todos los ingredientes bien mezclados.
 
3. A continuación, echamos un poco de aceite en una plancha o sartén y añadimos los solomillos (por tandas) y la sal hasta que queden hechos.
 
4. Emplatar: preparamos en el plato un lecho con cebolla, encima colocamos el solomillo y echamos por encima de la carne la salsa.

Friday, March 3, 2017

Fabada asturiana con almejas, un humilde lujo

 
Inmortal fabada  asturiana con almejas
  La fabada asturiana completa, la paella y la tortilla de patatas forman mi tríada de platos favoritos de la cocina tradicional española.
 
 
Y las gordas y mantecosas fabes (alubias grandes) con almejas, bien desengrasadas sin perder un ápice de intensidad y sabor, son un plato que me produce ebrios sollozos de gratitud.
 
Admiro como los asturianos han conseguido hacer de una material prima en principio tan humilde como las fabes un plato de primera categoría gastronómica.
 
Plato demorado, de lenta ejecución, el tiempo de cocción de las alubias puede variar mucho
dependiendo del tamaño que tengan, de la cazuela donde las hagamos y hasta del agua de cocción y del fuego. Y una recomendación: este plato no debe resultar nunca caldoso.
 
De manera que, para cogerles el punto, lo mejor es probarlas de cuando en cuando y no fiarnos nunca del tiempo de cocción que recomienda el paquete o bolsa donde vengan las alubias que compremos.
Las alubias grandes demoran al menos tres horas a fuego lento para estar en su punto mantecoso.
 
No es un tiempo perdido. La espera vale la pena. Así que, seamos previsores y pongamos las fabes a remojar la noche anterior con abundante agua fría, ya que crecen mucho y no se deben quedar sin agua. Una buena idea es cambiarles el agua a primera hora de la mañana.
 
Organicémonos. Hay que tener cuenta que necesitan en total un poco más de tres horas de cocción, y que no les sienta mal reposar un poco.
   
 
Ingredientes para 8-10 personas:
 
1 kilo (2 libras) de fabes (o alubias blancas gordas)
 
2 ó 3 cebollas
 
2 hojas de laurel
 
1/2 kilo de almejas bien cerradas
 
Unas hebras de azafrán
 
Perejil fresco
 
Aceite de oliva
 
Medio vasito de vino blanco seco
 
Sal
 
Unos dientes de ajo.
   
 
Elaboración:
 
1. Ponemos las fabes a cocer a fuego lento con una cebolla entera (casco), las dos hojas de laurel y cuatro o cinco dientes de ajo pelados. No hay que añadir sal.
 
2. Las dejamos cocer durante dos horas, vigilando que el agua no hierva, moviendo de vez en cuando la olla - es una herejía meter la cuchara para remover. Si vemos que les falta agua, añadiremos siempre agua fría.
 
3. Tras las dos horas, y sin retirar la olla del fuego, es el momento de preparar las almejas. Tras lavarlas bien, las ponemos a abrir en un cazo con un poco de agua y sal. Una vez que se han abierto, reservamos el caldo y añadimos las almejas a la olla con las fabes asturianas
   
 
4. LA SALSA:
 
Picamos una o dos cebollas, dos o tres dientes de ajo y el perejil, y lo pones todo a dorar. Luego añadimos una cucharada de harina, la doramos, añadimos el medio vasito de vino blanco y el caldo de las almejas colado y dejamos reducir un poco.
 
Cuando haya espesado, lo añadimos a las fabas junto con un par de hebras de azafrán -o colorante, en su defecto- y ajustamos de sal.
 
5. Por último, llevamos a ebullición, bajamos de nuevo el fuego y dejamos cocer entre media hora y otra hora, hasta que la faba (o alubias grandes blancas) esté tierna pero sin que llegue a deshacerse.
 
6. Conviene ir probando el caldo a medida que se va espesando, para ajustar de sal. Servimos caliente.