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Las humildes y riquísimas torrijas de Semana Santa.
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En resumen: las torrijas son un postre (o merienda) muy humilde y barato pero que, hecho con esmero y cariño, son una maravilla.
Es uno de los dulces imprescindibles en estas fechas de Semana Santa, y nadie debe pasar por este mundo sin intentar prepararlas alguna vez, con ánimo resuelto, en casa y acompañado.
Saben a infancia feliz, despreocupada y golosa. Una infancia embebida de juegos, como la masa de las torrijas de canela y leche. Pasada la rebelión sin causa de la adolescencia, uno vuelve a disfrutar de la tradición gracias a postres como las torrijas, santo y seña de la mesa de Cuaresma y Semana Santa.
Aprovechamos además una simple barra de pan que cortamos en rebanadas gruesas, empapamos en leche (según la receta canónica), rebozamos en huevo y freímos en aceite bien caliente.
Existen muchas variantes, en las que se usa vino blanco o tinto, limón rallado y hasta miel para recubrirlas. Hoy vemos las dos fórmulas, en mi opinión más deseadas: recubiertas con una mezcla de aromática canela en polvo y azúcar o con un almíbar de miel.
Ingredientes para 6 personas:
2 barras de pan, 6 huevos, 1 litro de aceite de oliva, 2 litros de leche, 6 cucharadas de azúcar, canela en polvo, corteza de limón y un varita de canela en rama.
Elaboración:
1. En una cazuela al fuego calentamos la leche con el azúcar con una varita de canela en rama, la corteza (sin piel blanca) de un limón y removemos, sin dejar que llegue a hervir.
2. Cortamos a continuación el pan en rebanadas gruesas (de 2 centímetros más o menos) y las colocamos en una fuente de cristal o de horno sin que se pisen unas a otras.
3. Se va vertiendo la leche poco a poco sobre las rebanadas según la van absorbiendo. Se dejan unos minutos hasta que el pan está blandito, bien empapado.
4. Se pone entonces una sartén grande a calentar con el aceite. Al lado se dispone un bol o cuenco grande con los huevos batidos.
5. Vamos empapando las torrijas en el huevo y de ahí se pasan a la sartén y se fríen en aceite bien caliente por tandas. Conviene echarlas de una en una o de dos en dos, como mucho, para que se hagan bien y se doren sin llegar a empaparse de aceite. Podemos utilizar un par de tenedores para darles la vuelta.
6. Cuando estén doradas por los dos lados se sacan y ponen sobre papel de cocina, absorbente, para quitar el exceso de aceite.
7. Se sirven frías del tiempo. Dos formas: espolvoreadas con azúcar y un poco de canela, o pasadas por un mezcla bien revuelta de azúcar y canela en un cuenco. Eso a gusto de cada uno. En el último momento Preparamos una mezcla de azúcar y canela en polvo bien revuelta y espolvoreamos la mezcla por encima de las torrijas o las rebozamos por los dos lados, a gusto de cada uno.
Fórmula con un almíbar de miel:
Seguimos el mismo proceso y, una vez fritas y puestas sobre papel absorbente unos minutos, las emplatamos y rociamos con el almíbar de miel, en lugar de pasarlas por la mezcla de azúcar y canela.
Cómo hacer el almíbar de miel:
1. Echamos en un cazo 100 g. de azúcar, 20 g. de miel y una cucharadita de brandy o coñac.
2. Cocemos todo hasta que la mezcla adquiera un bonito color rubio, como el del caramelo.
3. Añadimos un chorrito de agua con cuidado, poco a poco, para no quemarnos si salpica.
4. Removemos bien con una cuchara de madera y cocemos durante diez minutos más. Retiramos del fuego y pasamos el almíbar a una jarrita de cristal.